Hola. Muy buenos días y feliz Navidad. Aquí os dejo el primero de los poemas que saco a la luz del poemario que publicaré en enero, Ángeles y Condenas. Es un canto que, tomando la música del famoso poema de Machado, alza su voz en favor de una libertad más soñada que posible.
He elegido este poema para que encabece la marcha por la razón de que, quizás, sea uno de los que recupera esa tensión destino-libertad que tanto pugna en mi interior. Espero que lo disfrutéis.
Himno
A Antonio Machado
Caminé sin saber que en la noche no hay caminos.
Caminé, y lo sabía, porque tocó caminar.
Caminé y sin motivos puse mi pie en la piedra.
Y caminando el camino, hice de piedra mi andar.
…
Jugando a ser perro viejo
decidí que no hay destino,
y tropezando de nuevo
me juré no tropezar.
En mi piel tejí un remiendo,
y del remiendo un vestido,
y ahora con mil cicatrices
no me permito sangrar.
Partí en busca de un puerto y
partí porque odiaba el mío.
Partí y di por supuesto,
que un día podría escapar.
Y en la sombra, bajo el viento,
condené a mi alma al capricho
del más firme juramento
que podía pronunciar.
“Alas”, me dije. “Alas,
cerrad vuestro pecho al miedo
desprendeos de los celos
y danzad en libertad.
Porque al alma, mi destino,
le ha concedido el deseo
de colmarla para siempre
con el don de la verdad”.
“Alas”, me dije. “Alas,
abríos al mundo sin freno,
besad con pasión al vacío
y no deis un paso atrás.
Porque al miedo, mi destino,
le ha declarado la guerra.
Y solo tengo un amante
y se llama Libertad”.
Ángeles y Condenas
